Paisaje, velocidad, vuelta a la materia y accidente

(...) Cuando se inventa un objeto técnico como el ascensor, por ejemplo, se pierde la escalera; cuando se inauguraron las líneas aéreas transatlánticas, se perdió el paquebote...

...y cuando se inaugura el AVE, ¡se pierde el paisaje!

Sí. Y no es ser negativo presentar esta idea. Es entrar en una cultura técnica que recuperaría lo mejor que se ha hecho en la época del impresionismo o en la época del cine documental. Si en los próximos años no vemos crecer el número de críticos de arte, no existirá libertad frente a los multimedia y a las nuevas tecnologías. Existirá una tiranía de la tecnociencia.

(...) Quiero recordar que una de las primeras libertades es la libertad de movimiento.

Esta libertad no está amenazada por una prohibición como en la época de Foucault, en la que se encerraba a la gente en una prisión para que no pudieran moverse. Ahora se la encierra en la rapidez y en la inanidad de todo desplazamiento. Jean Giono ponía en boca de su maestro de escuela: "Niños, no corráis por el patio, os parecerá más grande".

(...)La pérdida del mundo propio, la pérdida del cuerpo propio, deberán ser recompensadas, porque llegará a ser insoportable para todos. (...) Reencontrar el tacto, el placer de la marcha, del alpinismo, de la navegación (Gérard d'Aboville, el remero, es una especie de profeta), son signos de otra divergencia, de una vuelta a la física, a la materia; los signos de una rematerialización del cuerpo y del mundo.

(...) Dicho esto, no me opongo a que se exhiban las catástrofes o los accidentes, ya que creo en la necesidad de un museo del accidente (A este respecto, quiero recordar que el vídeo del caso Rodney King se conserva en un museo.)

VIRILIO, Paul, "El cibermundo, la política de lo peor". Catedra, 3a ed. Madrid, 2005