La tribuna de los espectadores

Usted dijo una vez que hay una cosa que el teórico ciertamente no quiere: un callar sublime. ¿Cómo puede callar el filósofo después de todo lo que ha sido dicho antes por los muertos?

Tantos han callado de maneras tan diferentes que hoy es necesario inventar una nueva forma de callar, si uno quiere callar. Hay que demostrar que el callar propio de alguna manera es más interesante y mejor que el callar de los otros. Y esto no es fácil: muchos filósofos lo han intentado y fracasaron. Pero también eso es fundamentalmente posible: callar de una manera nueva, interesante. Todas las posibilidades están abiertas y nunca podemos decir que una competencia se ha cerrado definitivamente (...) Continuamente pasan cosas increíbles. No se puede descartar nada, en todos los ámbitos puede pasar algo nuevo, sólo que todo eso, lo digo abiertamente, no me interesa demasiado. Pero sí me interesan las descripciones del espacio y las estrategias de los jugadores, aunque no necesariamente lo que ellos hacen. Si la filosofía es una forma de vida y una competencia, entonces la postura filosófica, contemplativa, significa en relación con la filosofía la no participación en esta competencia. Yo prefiero estar en la tribuna de los espectadores.

[fragmento pp.83-84 GROYS, Boris, Política de la inmortalidad, cuatro conversaciones con Thomas knoefel. Editorial Katz, Madrid, 2008]